Puyo, Ecuador – Cristina Freire, madre de Alexia Chassi, estudiante de Uniandes Puyo, está buscando ayuda desesperadamente después de que su hija sufriera una lesión grave durante un viaje organizado por la universidad. Alexia, estudiante de primer semestre, iba en un autobús con otros estudiantes viajando a Ambato el 25 de enero cuando ocurrió el accidente.
Según Freire, el conductor del autobús dio un volantazo, lo que provocó que Alessa fuera violentamente arrojada contra el interior del autobús. Freire afirma que su hija sufrió lesiones que la dejaron sin poder caminar ni mover las piernas. A pesar de esto, Alessa no fue llevada inmediatamente a un hospital. Freire alega que el Dr. Wilson Merino, director del campus de Uniandes Puyo, estaba presente pero no llamó a una ambulancia. En cambio, a Alessa le dieron un analgésico en una farmacia en Salasaka y luego la transportaron a Ambato.
Freire dice que al llegar a Ambato, Alexia tuvo que esperar dos horas antes de recibir atención médica.
Si bien se hizo una llamada al 911 desde el autobús, Freire afirma que solo reportó daños materiales, no heridos. Ella cuestiona por qué no se llamó a una ambulancia de inmediato, dada la gravedad de la condición de su hija y los daños al autobús.
Después de finalmente comunicarse con su hija, Freire se enteró de que Alessa sentía dolor, pero le dijeron que no preocupara a su madre. Freire llamó al Dr. Merino varias veces, quien supuestamente minimizó el incidente y la disuadió de viajar a Ambato. Sin embargo, la condición de Alessa empeoró. Freire relata un incidente preocupante en el que a su hija, que es alérgica al zinc, le pusieron una inyección que le causó una reacción grave. Esta reacción, afirma Freire, fue descartada por el personal médico como simplemente tener frío.
Freire viajó a Ambato y encontró a su hija no en un hospital, sino en la casa de un familiar. A pesar de las promesas de los representantes de la universidad, Diana Forero y el Dr. Carlos López, de cubrir los gastos médicos, Freire dice que este apoyo nunca se materializó. Un examen realizado por el neurocirujano Dr. Curio reveló que Alessa tenía una fractura en la vértebra. Freire cuestiona por qué esta lesión no se trató de inmediato.
Freire explica que a ella y a su hija las alojaron en un hotel, lo que le pareció inadecuado para la condición de su hija. Afirma que la universidad las ha abandonado desde entonces, negándose a proporcionar la documentación necesaria o asistencia financiera. Freire también alega que al llevar a su hija al Hospital Regional de Ambato, le dijeron que su hija era la «chica deprimida que saltó desde el tercer piso», una afirmación que Freire niega vehementemente. Expresa preocupación por el diagnóstico erróneo y la falta de atención que recibió su hija en el hospital.
Alexia se encuentra actualmente en la Clínica Durán, donde el costo diario es de $350,000 y la cirugía se estima que cuesta entre $20,000 y $25,000. Freire dice que su hija está perdiendo movilidad y tiene un déficit neuronal significativo. Ella está suplicando asistencia financiera para cubrir el costo de la cirugía y la atención continua. Freire ha emprendido acciones legales contra la universidad.
Freire está apelando al público por ayuda, expresando su desesperación y la carga financiera que enfrenta. Afirma que la universidad no ha brindado ningún apoyo e incluso ha negado que su hija fuera estudiante, a pesar de que Freire pagó su matrícula. Ella está instando a cualquiera que haya presenciado el accidente en el autobús a que se presente.