En un insólito giro, la cárcel no impidió que un narcotraficante colombiano organizara dos conciertos en Venezuela, contratando a Romeo Santos y Anuel. Sin embargo, un error revelador surgió cuando Romeo Santos llegó ocho horas tarde a su presentación en Caracas, desatando un escándalo.
El concierto, originalmente programado para las 20:00 horas del domingo, se inició a las 4:00 horas del lunes, provocando una investigación de las autoridades venezolanas contra las promotoras por abuso a los fans. La pesquisa identificó a Juan Carlos Araujo Durán, recluso por narcotráfico en El Rodeo II, como el responsable de la organización del evento.
Araujo Durán, según el fiscal general Tarek William Saab, contó con la «complicidad interna de su lugar de reclusión» y se le acusa de estafar también en un concierto de Anuel celebrado en marzo. Se reveló que el narcotraficante utilizaba estas empresas para «legitimar capitales», mientras el director de la prisión ya está detenido por corrupción.
Este escándalo se suma a los esfuerzos del gobierno venezolano por retomar el control de centros de reclusión, evidenciando la complejidad de la relación entre el crimen organizado y eventos culturales en el país.
