Antes de escribir quiero aclarar que no defiendo a partido alguno ni candidato en particular, soy afiliado a mi hogar, mi candidata única es mi esposa, las mejores propuestas me la dan mis hijas, mi mejor obra es mi familia, respeto el pensamiento de cada uno de ustedes, de los de izquierda, centro y derecha (aunque muchos de ellos no sepan ni la definición de lo anteriormente enunciado), a los del oficialismo y a los de la oposición, a los busquen ser elegidos y a los que quieren reelegirse, a los candidatos jóvenes y a los de experiencia; con este preámbulo espero no me encasillen en ningún partido y si lo hacen no hay problema, después de todo nadie sabrá por quien voy votar.
Pasaron los días y llegamos al fin de una campaña electoral agitada, por momentos divertida, para los candidatos y sus seguidores cercanos intensa, para algunos millonaria, para otros austera, a momentos violenta, llena de reproches, reclamos de obras no cumplidas, fiscalización que nunca hubo, en fin, antes que campaña electoral parece un domingo de feria, uno ofrece más que otro, sutano es más capaz que mengano, todos tienen la solución para acabar con los males de nuestra ciudad y provincia, hasta magos parecen.
Ofrecimientos y propuestas inigualables, sacadas de la más pura imaginación, construir vías de aquí a luna, llenar las tuberías del agua más pura, acabar con la corrupción y todos sus contratistas; periodistas parcializados, candidatos preferidos, entrevistas que se repiten, a algunos ni se los escucha, es el pan de cada día, basta con solo prender la radio y empezar a disfrutar de un sinnúmero de obras e ideas, que estoy seguro después de 5 años las volveré a escuchar.
Se mezcla la experiencia con la juventud, en algunos casos fueron candidatos consensuados en sus bases, en otros primo la orden de sus líderes, pero hoy tenemos de todo; hombres, mujeres, los de siempre, los que aparecen, jóvenes, adultos, indígenas, afro ecuatorianos; tal vez esto es lo más rescatable de este proceso electoral , la diversidad de candidatos.
Se acerca el fin de la competencia, el pueblo sin dudarlo tendrá un espectáculo que ni en las fiestas de la ciudad y la provincia puede disfrutar, seguro uno querrá lucirse más que el otro, caravanas interminables, todos apurados pegando en sus vehículos el distintivo de su candidato así sea solo por el ultimo día, artistas de renombre nos visitaran, quien pagará, vaya usted a saber, siempre existen “colaboradores desinteresados”, todos seguros bailaran, no habrá espacio para el aburrimiento, estoy seguro será el mejor analgésico para el pueblo antes de conocer el destino de los 5 años futuros.
Por eso queda en nosotros elegir y saber hacerlo, vamos a ser los dueños de nuestro destino, a un lado debe quedar el fanatismo y los colores de las camisetas, los beneficiarios de una buena administración somos todos los ciudadanos que caminamos a diario por las calles, los que con nuestros vehículos caemos en los baches, los que visitamos los centros turísticos, los que luego nos quejamos de la falta de obras, por eso y por muchas cosas más, es nuestro deber y nuestro derecho elegir de una manera responsable este 23 de febrero.
Artículo de Opinión de Jose E. Sislema Cabrera
