Low fue uno de los principales impulsores de esta maravillosa obra. (AFP)
La selección alemana no sólo conquistó la tan deseada Copa del Mundo. El equipo de Joachim Low fue más allá de lo deportivo y logró aquí su quinta estrella.
Todo comenzó en 2013, cuando las exigencias del entrenador teutón no eran conformadas con ningún campo de entrenamiento localizado en Brasil. Debido a las negativas, los alemanes se decidieron a construir su propio complejo en la pequeña localidad de Santos Andre al que llamaron Campo Bahía. Una de las obligaciones que pedía Low era que la comunidad local fuera partícipe de ello.
Con una ubicación perfecta – a sólo 30 kilómetros del aeropuerto- y con aportes de los sponsors, el complejo Campo Bahía fue, como la mayoría de las cosas que hacen los alemanes, perfecto: 14 viviendas de dos plantas, edificios administrativos, un gran gimnasio, diversas piscinas, un campo de fútbol de entrenamiento y 65 habitaciones para albergar a todos los integrantes de la delegación alemana..
Los lugareños tuvieron trabajo en las obras y además conservarán como herencia las comodidades germanas, donde también se construirá una escuela para los más desfavorecidos. Por si fuera poco, el plantel se comprometió a contribuir con la compra de ambulancias.
No sería ilógico que en alguno de estos años Santo Andre rebautice su nombre por uno más alemán…