Este texto, que se encuentra en el libro de Romanos 12:20, nos invita a tratar con bondad a nuestros enemigos. Esto puede parecer una tarea difícil, especialmente si hemos sido heridos por ellos. Sin embargo, este texto nos recuerda que el amor y la misericordia son más poderosos que el odio y la venganza.
Cuando actuamos con bondad hacia nuestros enemigos, estamos mostrando que no somos como ellos. Estamos mostrando que somos capaces de superar el mal con el bien. Esto puede ser un acto muy poderoso, ya que puede causar vergüenza en nuestro enemigo.
La vergüenza es una emoción compleja que puede tener tanto un efecto positivo como negativo. En el caso de un enemigo, la vergüenza puede ser un recordatorio de que sus acciones fueron equivocadas. Esto puede llevarlo a reflexionar sobre su conducta y a tomar decisiones diferentes en el futuro.
Por supuesto, no siempre es fácil perdonar a nuestros enemigos. Sin embargo, es importante recordar que el perdón es una decisión que tomamos por nosotros mismos, no por ellos. Cuando perdonamos a alguien, nos liberamos del peso del rencor y de la ira. Esto nos permite vivir una vida más plena y feliz.
