Niños de la Amazonía mueren en el abandono: Ikiam, de 7 años, no resistió
Taisha, Morona Santiago – Ikiam tenía solo siete años cuando su vida se apagó en la profundidad de la selva amazónica. El pasado 22 de abril, falleció en brazos de su madre tras varios días de agonía, víctima de un cuadro severo de fiebre, vómito, diarrea con sangre y dolor abdominal que no recibió atención médica oportuna.
Ikiam vivía en la comunidad Achuar de Surik Nuevo, ubicada en la parroquia rural de Huasaga, la más extensa y aislada del cantón Taisha, en la provincia de Morona Santiago. El puesto de salud más cercano está en Wampuik, a tres horas a pie entre lodazales, vegetación densa y caminos confusos marcados por la humedad y el abandono estatal.
La única esperanza de traslado era una avioneta solicitada con urgencia al Ministerio de Salud Pública (MSP). Sin embargo, la ayuda no llegó a tiempo. Mientras tanto, su madre intentaba calmarlo con suaves golpecitos en la espalda, sin más recursos que su amor y desesperación.
El cuerpo del pequeño, consumido por la fiebre, estaba hinchado y ardía como si se quemara por dentro. Su rostro, empapado en sudor, quedó inmóvil, con los ojos abiertos y perdidos, cargados de angustia, como si supiera que la muerte le había ganado.
Ikiam no es un caso aislado. Su historia refleja la dura realidad que enfrentan las comunidades indígenas del oriente ecuatoriano, donde el acceso a servicios básicos de salud es limitado o inexistente. En estos territorios, la infancia muere en silencio, lejos de los titulares y las promesas gubernamentales.